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      Un niño desaparecido, una red de pedofilia y un cambio de identidad: teorías y versiones de un caso sin respuesta

      • Fue uno de los primeros "niños del cartón de leche": su foto se imprimió en todo lados como parte de una desesperada búsqueda.
      • Su caso, todavía sin respuesta, cambio leyes y destapó una red de abusos.

      Un niño desaparecido, una red de pedofilia y un cambio de identidad: teorías y versiones de un caso sin respuestaLa desaparición de Johnny Gosch: el niño que nunca regresó. Foto: Des Moines Register.

      El 5 de septiembre de 1982, John David Gosch salió temprano de su casa, ubicada en la ciudad de Des Moines, capital de Iowa, Estados Unidos, para repartir los ejemplares de la edición dominical del diario Des Moines Sunday Register, los cuales nunca fueron leídos, pues el niño de 12 años desapareció en la intersección de 42nd Street y Marcourt Lane, y su caso -aun sin respuestas- desentrañó una red de pedofilia y cambió para siempre las leyes en torno a la búsqueda de menores perdidos.

      Como de costumbre, Johnny comenzaba temprano la jornada para repartir en su carretilla roja los diarios por su barrio junto con otros niños. Aquel domingo, se vistió con su remera blanca con la leyenda “Kim’s Academy” estampada en la espalda, unos joogings negros y sus sandalias de goma azul. Solo le faltaba su bolso amarillo donde cargaba los diarios y su cortadora de alambre, que le servía para envolver los ejemplares.

      Su padre John le prometió llevarlo a pescar una vez que termine su trabajo. Él solía acompañarlo durante sus recorridos matutinos para asegurarse de que Johnny estuviera a salvo. Aquel día el niño quería hacer el reparto solo. Su madre Noreen se negó. Insistió con que Johnny debía ir acompañado de su padre, pero no hizo caso. Salió de su casa cerca de 6 de la mañana con su mascota Gretchen, una perra de raza dachshund, más conocida como “perra salchicha”.

      A las 7 comenzó a sonar el teléfono en la casa Johnny. Los vecinos, molestos, se preguntaban por qué no habían recibido el diario esa mañana. Los padres pesaron que se había quedado dormido, así que fueron a su pieza a despertarlo, pero la cama estaba vacía. Johnny no estaba. Tampoco Gretchen. Por lo que supusieron que salió solo a hacer su recorrido. John tomó su auto y fue a buscarlo. Al poco tiempo regresó. “Johnny se ha ido”, expresó a su esposo con la cara pálida, según relató la propia Noreen en un artículo en la Revista People fechado el 10 de octubre de 1988, donde cuenta el caso en primera persona.

      Johnny Gosch desapareció el 5 de septiembre de 1982. Foto: Des Moines Register.Johnny Gosch desapareció el 5 de septiembre de 1982. Foto: Des Moines Register.

      A una manzana y media de su casa, John había encontrado la carretilla roja de su hijo con las ejemplares de los diarios intactos. Gretchen regresó sola más tarde. John llamó a la policía, Noreen a vecinos y los otros niños que solían hacer el reparto con él. Según le contaron, vieron a Johnny hablar con un hombre en un auto -algunos medios lo describieron como un Ford Fairmont plateado o gris, con una franja negra a lo largo del costado-, que le pidió indicaciones.

      “Esto no me gusta. Agarro mis diarios y me voy a casa”, habría dicho Johnny a sus amigos. Gretchen gruño. Un segundo hombre siguió a Johnny hacia la vuelta de la esquina, hasta que lo perdieron de vista, pero sí escucharon un portazo. El ruido despertó a otro vecino, que se asomó por la ventana y vio un segundo auto -un Ford Granada azul de dos tonos- ignorar la señal de “stop” e irse a toda velocidad. Todo pasó tan rápido, en una ventana de 12 minutos.

      Investigación y búsqueda: la lucha incansable de los Gosch

      Cuando la policía llegó a la casa, los padres de Johnny ya tenían información suficiente para comenzar la búsqueda, incluida una descripción de los vehículos y una matrícula parcial. Pero los policías no podían reportar una desaparición hasta pasada las 72 horas del hecho. Por lo que indagaron a los padres sobre su vínculo con su hijo, si estaba contento en casa o si tenía problemas, con la hipótesis de que Johnny se había escapado. Para Noreen, los efectivos de seguridad no actuaron como debieron.

      Así, junto a vecinos y amigos, comenzaron a buscar a su hijo, desde el último lugar en que fue visto hasta 8 kilómetros hacia el parque estatal. Mil voluntarios participaron. Recorrieron campos y zanjas. Incluso realizaron una búsqueda desde un avión. No encontraron nada de Johnny, ningún rastro de él. Durante la primera semana, los Gosch denunciaron la desaparición de su hijo al FBI, quienes no intervinieron en el caso al considerar que no hubo un delito federal.

      Noreen y John Gosch con los bocetos de un hombre que se cree que está implicado en la desaparición de su hijo. Foto: Des Moines Register.Noreen y John Gosch con los bocetos de un hombre que se cree que está implicado en la desaparición de su hijo. Foto: Des Moines Register.

      El matrimonio no se rindió. Contrataron un artista para que dibujara al hombre del Ford Granada azul que detuvo a Johnny para pedirle indicaciones. El sospechoso fue descrito como de 90 kilos, con cabello oscuro sobre las orejas, ojos hundidos y tez oscura. Además, imprimieron 10.000 con la imagen de su hijo. La enviaron a la policía, los médicos forenses, estaciones de servicios y terminales de colectivo de todo el país.

      También ofrecieron una recompensa por información que condujera a su paradero. La cifra inicial fue de 1.000 dólares por información relevante. Luego, el Des Moines Register y la Tribune Company ofrecieron una recompensa de 5.000 dólares. El monto llegó a 100.000 dólares tras establecerse el fondo "Help Find Johnny Gosch, Inc.", de los cuales el gobernador Terry Branstad aportó 67.000 dólares.

      Los Gosch tomaron las riendas de la investigación. Mantuvieron contacto con varios medios de comunicación y dieron entrevistas en programas de televisión. Allí, Noreen fue crítica con la policía y su accionar. Así, creó con su esposo la “Fundación Johnny Gosch” y un programa llamado "En Defensa de los Niños", al mes de su desaparición. También contrataron un detective privado que siguió las pistas de Johnny por todo el país, desde Texas hasta Oklahoma y Nuevo México. Con el paso de tiempo, las llamadas con información de Johnny aumentaron. Bromas, insultos y algunas pistas que no condujeron a nada.

      El detective privado recibió información sobre una subasta realizada en Houston. Le dijeron que menores de entre 10 y 14 años eran vendidos a compradores extranjeros como parte de una red de tráfico de persona y explotación sexual. El detective tenía un contacto adentro que acordó comprar a Johnny si era ofertado. Pero Johnny no estaba ahí. Sin embargo, los Gosch continuaron con su investigación y proporcionaron información a la policía.

      Los Gosch tomaron las riendas de la investigación. Foto: Des Moines Register.Los Gosch tomaron las riendas de la investigación. Foto: Des Moines Register.

      Mientras las llamadas de avistamiento de Johnny crece, los esfuerzos de defensa y lobby de los Gosch llevó a que los legisladores de Iowa aprueben la Ley Johnny Gosch, la cual requiere la participación inmediata de la policía cuando un niño desaparece. Desde entonces, al menos otros ocho estados aprobaron leyes similares. La insistencia de los Gosch también contribuyó a nuevas directrices que permiten la entrada inmediata del FBI en un caso y a la creación del Centro Nacional para Niños Desaparecidos y Explotados en 1984.

      En dicho año ocurrió un caso idéntico. Eugene Martin, un chico de 13 años que también repartía diarios The Des Moines Sunday Register, desapareció el 12 de agosto -al igual que Johnny- sin dejar rastro. Fue visto por última vez un domingo en una esquina, a 7 kilómetros de distancia de donde desapareció Johnny. La policía sospechó que los casos podrían estar relacionados, pero nunca pudieron establecer un vínculo formalmente.

      Desde redes de pedofilia hasta avistamientos, las hipótesis que mantuvieron vivo el misterio de Johnny Gosch

      La teoría sobre una red de pedofilia resurgió cuando Paul Bonacci aseguró a su abogado que participó del secuestro de Johnny. Así, uno de los investigadores privados contratados por los Gosch entrevista a Bonacci. Según le cuenta, se encontraba en la parte trasera del Ford Granada azul. Era menor en aquel entonces, y era usado para ganar la confianza de otros niños. Agregó que Johnny fue secuestrado en el auto y luego lo pasaron por la ventana hacia otro vehículo, una furgoneta.

      Bonacci, de 21 años, testificó en un juicio federal en Lincoln, Nebraska, donde alegaba ser víctima de abuso sexual por parte de Lawrence “Larry” King, gerente de la extinta Franklin Credit Union. Bonacci contó que él fue capturado por la red de pedofilia y obligado a participar como señuelo en otros secuestros de niños, los cuales eran subastados hasta por 50 mil dólares entre los miembros de la red, en lo que se conoció como el Caso Franklin, una red de pedofilia integrada por personas con poder que practicaban el satanismo, la mutilación y el canibalismo de niños.

      Si bien sus declaraciones respecto a Johnny coincidían con lo señalado por los testigos, la policía descartó sus dichos por no considerarlos convincentes. Noreen, en cambio, consideró que Bonacci decía la verdad y estuvo involucrado en la desaparición de su hijo. Más aún, ella declaró en una audiencia relacionada con la demanda civil de Bonacci contra King, donde reveló que Johnny golpeó la puerta de su casa en 1997.

      Paul Bonacci aseguró a que participó del secuestro de Johnny. Foto: Blog Justice for Johnny Gosch/Des Moines Register.Paul Bonacci aseguró a que participó del secuestro de Johnny. Foto: Blog Justice for Johnny Gosch/Des Moines Register.

      Según narró Noreen, Johnny -ya con 27 años- apareció “sin ninguna advertencia” en su departamento de West Des Moines alrededor de las 2:30 de la madrugada, en marzo. Tenía el pelo largo, hasta los hombros, lacio y teñido de negro. Llevaba jeans, una camisa y un abrigo porque hacía frío. "Hablamos como una hora u hora y media. Estaba con otro hombre, pero no tengo idea de quién era la persona. Johnny miraba a la otra persona en busca de aprobación para hablar", contó de acuerdo con el medio Des Moines.

      Agregó que lo reconoció de inmediato, que Johnny le mostró una marca de nacimiento característica en su pecho, y que le pidió que no contactara a la policía, ya que su vida corría peligro. Noreen afirmó que no lo hizo público antes porque era el "mejor interés" para su hijo, y no sabía dónde vivía Johnny ni a dónde se dirigía después de la visita. Ni la policía, ni Josh, pudieron confirmar que el encuentro haya ocurrido.

      Convencida de que su hijo fue secuestrado por una red de trata y abuso infantil, y que la vida de Johnny corria peligro, surgió la hipótesis de que había cambiado su nombre y en realidad Johnny era Jim Guckert, más conocido como el periodista conservador acreditado en la Casa Blanca, Jeff Gannon. Según el investigador privado James Rothstein, había pistas para sospechar de la identidad de Guckert, como que las fotos cuando asistía a la secundaria no coinciden con su aspecto.

      Rothstein, un ex detective de la policía de Nueva York, trabajó en el caso Gosch desde 1982. Él sugirió que no fue un accidente que alguien como Gannon terminara en el cuerpo de prensa de la Casa Blanca. La idea cobró fuerza cuando Noreen recibió un llamado de “un caballero que había estado en contacto con Gannon durante meses”, quien le dijo que “sabía que él era Johnny Gosch”. Además, Noreen observó características en común entre Guckert y Johnny, por lo que consideró necesario hacer una prueba de ADN para confirmar o refutar la teoría. Sin embargo, no tuvo éxito.

      El investigador privado comentó que la idea de que Gannon sea Gosch "encaja" con el perfil de una abducción profesional y un encubrimiento. Cuando los investigadores de Rothstein confrontaron a Gannon y le preguntaron si conocía a Noreen Gosch, supuestamente les cerró la puerta en la cara. Cuando se le preguntó directamente si era Johnny Gosch, Gannon respondió, que sentía “el dolor de Noreen”, sin negar o admitir la identidad.

      Otro hecho estremecedor sucedió 24 años después de la desaparición de Johnny, en agosto de 2006, cuando “aparecieron” unas fotos en la puerta de la casa de Noreen. Las imágenes mostraban a tres adolescentes atados y amordazados. Para Noreen, uno de ellos era su hijo. Así que entregó las fotos a la policía, que investigó la legitimidad de las mismas. Nelson Zalva, un detective retirado de Florida que había trabajado en casos desde 1979, vio las fotos.

      La foto que "apareció" en la puerta de Noreen. Foto: Blog Justice for Johnny Gosch.La foto que "apareció" en la puerta de Noreen. Foto: Blog Justice for Johnny Gosch.

      Zalva creyó que las fotos estaban conectadas a un caso de Florida de finales de la década de 1970, años antes de la desaparición de Johnny. Afirmó que en ese caso los chicos dijeron que posaron voluntariamente y la policía no presentó cargos. Noreen no estuvo de acuerdo e insistió que uno de los adolescentes de la foto era Johnny. Luego, personal del Departamento del Sheriff del Condado de Hillsborough en Florida buscó en los archivos de casos originales para confirmar si las fotos realmente estaban fechadas antes del caso Gosch en 1982.

      La investigación sobre la legitimidad y el origen de las fotos estaba en curso. La policía de West Des Moines estaba en contacto con la División de Investigación Criminal de Iowa (DCI) y otras autoridades, aunque un portavoz de la policía de West Des Moines indicó que no se continuó con nuevas pistas activas en ese momento con respecto a los orígenes de las fotos.

      La desaparición de Johnny Gosch nunca fue esclarecida. Su caso, historia y teorías son objeto de análisis en el documental “Who Took Johnny”, que pone el foco en Noreen y su incansable búsqueda por saber qué pasó con su hijo. El hecho permanecerá como un misterio y Johnny pasará a la historia como el primer niño cuya foto fue impresa en los cartones de leche.


      Sobre la firma

      Francisco Guillermo Moreno

      Redactor de la sección Internacional. Licenciado en Comunicación (UNLZ). Pasó por BAE Negocios, donde escribió sobre política, economía y sociedad. Estuvo acreditado en Casa Rosada. Dio sus primeros pasos en Agencia AUNO. [email protected]

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